Los aprendices necesitan practicar un nuevo conocimiento de tres o cuatro veces para aprenderla. Lo que nos dice la neurociencia del aprendizaje es que para aumentar la probabilidad de que se acceda, más fácilmente a posteriori, al conocimiento aprendido, se necesita experimentar (practicar, solucionar, revisar, etc.) de forma repetida el conocimiento de múltiples formas. Desde esta perspectiva, no e solo la forma del descubrimiento de la estrategia lo que es importante para el éxito posterior, sino la exposición repetida a ella y la práctica de muchas maneras diferentes. Por lo tanto, no hay nada de malo en que se aprenda sobre algo de una sola forma, siempre que se le brinden oportunidades repetidas para revisar y practicar el nuevo conocimiento en diferentes contextos. El problema es que, con demasiada frecuencia, con la demostración de una habilidad en un contexto concreto, asumimos el dominio de la habilidad en general. El neuro-constructivismo muestra claramente que, en tales circunstancias, es poco probable que se pueda transferir el conocimiento a un nuevo contexto.